29 jun 2010

La busqueda del tesoro

Entre en aquel trastero oscuro, sin mas armas que una pequeña linterna, siguiendo a aquel siniestro lugareño que aseguraba tener lo que buscaba. Mientras rebuscaba en un monton de trastos llenos de telarañas y algo que parecia ser el Santo Grial, no pude dejar de fijarme en que para ser un sitio tan pequeño, habia mas trastos ahi dentro que en el bolsillo de Doraemon.
Casi media hora mas tarde, el siniestro hombre todavia no habia encontrado lo que buscaba, y yo ya rondaba la puerta, temeroso de que en realidad fuese a sacarse una pistola y a hacerme unos agujeritos extra de ventilacion por el cuerpo. De repente, el hombre se levanto con rapidez, agarrando algo pequeño, y yo sali corriendo de aquel lugar intentando huir lo mas lejos posible...

Y esta es la historia de como fui a casa del vecino a por un teclado de sobra por que el mio se habia roto y no tenia ninguno. Por cierto, lo que agarraba el buen hombre era el mando de la tele. Creo.

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