21 jun 2010

Guía del turista fantástico I

Como sobrevivir en los libros de fantasía.

Hoy: Castillos

Capítulo 1
Bien es sabido por todo amente de libros de terror o fantasía que los castillos son lugares plagados de fantasmas y otros espectros. También suelen estar llenos de pasadizos secretos mal escondidos, al girar un candelabro suelen abrirse. Otra cosa común en estos castillos son los cuadros de personajes muertos que tienen una trampilla detrás que permiten que te observen a través de los ojos. Un castillo que se precie tiene que tener estos detalles, sino no es castillo ni es nada.
Los habitantes de los castillos suelen variar, pero hoy me centrare en los vampiros y sus ayudantes.
Este es el primer capítulo de “Guía del turista fantástico” en el que os explicaré como sobrevivir a vuestra noche en un castillo encantado.
Ahí vamos:

Lo primero sería que no os acercaseis, pero el coche se os ha roto, esta empezando a diluviar y os morís por un plato de sopa caliente, así que subís al castillo rápidamente para que su amable anfitrión os acoja con una taza de chocolate calentito y escuche vuestras penas mientras esperáis que llegue ayuda. Una ayuda que nunca llegará.
Bueno, habéis llegado al castillo y la puerta se ha abierto antes de que llamaseis. Eso significa que os estaban espiando, detrás de la puerta encontrareis a un hombre encogido con mal aspecto que os hará pasar al recibidor. Preguntadle a ese hombre acerca de la puerta, si no os responde insistid. Decidle que es peligroso que dejen las puertas abiertas, que cualquiera podría entrar y abordadle con una anécdota. Todo para que no se pueda ir hasta que llegue su amo.
Si habláis sin parar evitareis sobretodo el que os quedéis solos y oír ruidos raros que os pongan ya los pelos de punta. Lo mejor es mantener la calma, actuar amigablemente y tratad de poneros al sirviente a vuestro favor. No habléis del tema de las cicatrices en su cara, eso puede ser un tema sensible.
Pronto aparecerá el amo del castillo, mostraos amigables y sin miedo a nada, preguntadle por sus colmillos y bromead acerca de que sea un vampiro. Si se ríe y dice que son bobadas clavadle una estaca. Si, como es obvio, no lleváis estacas, seguidle la corriente. Durante la cena hay cuchillos de seguro.
Si sois una hermosa dama y el amo es un joven apuesto que os tira los tejos cagado la hemos. Al revés si sois un apuesto caballero y la que os tira los tejos es una hermosa dama. En serio, no dejéis que os guíe la entrepierna a menos que queráis pasar el resto de la eternidad colgando cabeza abajo del techo. Tampoco tenéis muchas opciones de montároslo con el amo/a del castillo, en todo caso podría ser considerado necrofilia o podríais terminar con dos agujeros en el cuello que no serían exactamente para piercing.
Bueno, me habéis ignorado y el tipo o tipa en cuestión os ha encandilado y vais derechitos a la cena a la que os ha invitado para daros la bienvenida ya que raras veces tiene visitas y quiere que os sintáis como en casa.

En el próximo capítulo hablaremos de la cena y de la noche.

Nota de la Autora: Si se os ha pasado por la cabeza que estos vampiros se pondrán a brillar en cuanto les de la luz del sol, seré yo la que os morderá a vosotros.

Dulces sueños

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