9 dic 2009

Monólogo: Hablemos de musica.

¿Se han fijado en la cantidad de mentiras que nos tragamos, prácticamente sin darnos cuenta, cuando escuchamos música?
Es como los mensajes subliminales: nosotros estamos oyendo música, llenos de felicidad, y sin que seamos conscientes de ello, se nos meten en el cerebro cientos de cosas totalmente irreales que sin embargo damos por validas. Es como si estuviésemos viendo la tele, y en los anuncios, nos enseñasen productos totalmente inútiles, pero presentándolos como si fuesen indispensables para la vida cotidiana. Ah, no, que eso es la Teletienda… Bueno, pues como si en las noticias, se dedicasen a tergiversar la realidad para hacernos creer lo que ellos quieren. Uy, calla, que eso es Informativos Telecinco. Bueno, pues como si… ¡como si en el Canal + nos ponen un documental de pingüinos codificado y dicen que es una peli porno! Eso creo que todavía no lo han hecho. Todavía. El porno no dura para siempre… ¿He oído “¡Mentira!” ahí al fondo? Vale, el guarro que salga de la sala. El cine X es en el edificio de al lado. De nada. Retomemos que me pierdo.
Además, lo de tragarnos mentiras durante las canciones ya nos pasa desde pequeñitos, ¿eh? A continuación, vamos a analizar algunos fragmentos de canciones. Aviso desde ya que se van a escribir aquí letras de canción sin pagar derechos de autor. Si la SGAE quiere denunciarme, que se ponga a la cola, que me comunican que acaba de llegarme una denuncia desde Telecinco por difamación. Empecemos.
“El patio de mi casa, es particular, cuando llueve se moja, como los demás…”
¡Sepe! Paremos aquí. Vamos a ver… particular significa que tiene algo que lo diferencia de los demás. Ya sea un cargamento de cocaína, o a un chino cosiendo bolsos falsos, ahí tiene que haber algo distinto. Pero si en la siguiente frase, dices que es “como los demás”… ¿Dónde se ha ido el chino de los bolsos? ¿Se lo ha llevado la lluvia? En fin… démosle al play de nuevo.
“Agáchate, y vuélvete a agachar, que los agachaditos no saben bailar”
Esto, mas que una mentira, es una gilipollez. Primero: ¿para que coño te vas a ponerte a agacharte? ¡Joder, se te esta inundando el patio! ¡Ponte a achicar agua, que vas a tener que agarrarte al chino para no hundirte!
Y segundo: ¿tu has probao alguna vez a intentar bailar estando agachao? Como mucho puedes bailar “Pajaritos por aquí”, y en versión “Pajaritos aplastados”. Además, recordemos que se te esta inundando el patio, si te agachas… ¡igual te ahogas! ¡Y a ver como bailas con el agua llegándote al cuello!
Adelantemos un poco la canción, y continuamos.
“Chocolate, molinillo, corre corre, que te pillo”
Chocolate… chocolate es lo que se ha fumao el que escribió la canción. Y lo de “Corre corre, que te pillo”… estoy agachado en un patio que se esta inundando… ¿Cómo quieres que corra? ¿Cómo si fuese un pato?
“A estirar, a estirar, que el demonio va a pasar”
¡Estupendo! No tiene otra cosa mejor que hacer el Demonio (con mayúsculas, que impone mas), que pasarse por tu casa, en plena tormenta, contigo haciendo el gilipollas en un patio lleno de agua. Que mira, igual te ayuda a achicar. Si es que sigues vivo… En fin, vamos a cambiar de canción, esta vez con una un poco mas adulta.
“Supercalifragilisticoespialidoso, aunque suene extravagante, raro y espantoso, si lo dices con soltura sonara armonioso, supercalifragilisticoespialidoso”
Aja. Supercalifragilisticoespialidoso. Esto suena raro lo diga el mendigo de la esquina o lo diga el duque. (El de verdad, no el ídolo de las adolescentes) De hecho, por mucha soltura que le pongas, yo veo a alguien cantando esto y pienso que se ha bebido hasta la gasolina del coche. Además, ¿Qué sentido tiene esa palabra? ¿Lleva mensajes subliminales? ¿Quieren hacernos creer que con un paraguas se puede volar? ¡Venga ya! No ha conseguido Iberia hacer volar un avión de forma decente, lo vas a conseguir tu con un paraguas…
Cambiemos de canción.
“Do, es trato de varón, Re, selvático animal…”
¡Quieto parao, cordero! ¿Podemos repetir esa última parte?
“Re, selvático animal…”
Vale. Por favor, alguien del publico, que se acerque al zoo y le eche una foto al Re, que siempre he querido ver una de cerca. Les recomiendo que aprovechen y se den una vuelta, creo que han llevado una manada de Semicorcheas preciosas… ¡les pueden dar de comer Claves de sol y todo!
Saltamos de canción otra vez (la SGAE me va a crujir)
“Dale a tu cuerpo alegría Macarena, que tu cuerpo es pa´darle alegría y cosa buena. Dale a tu cuerpo alegría Macarena, ey Macarena, ¡aaaay!”
Canción del verano que todos conocemos y que ninguno aguantamos. ¿Soy yo, que tengo una mente muy sucia… o estos señores que cantaban querían zumbarse a Macarena? Yo no voy a decir nada, pero… creo que todos nos imaginamos a cuento de que viene el “aaaay” del final, no es precisamente por pisarle el juanete.
“Al pasar la barca, me dijo el barquero, las niñas bonitas, no pagan dinero, al pasar de nuevo me volvió a decir, las niñas bonitas no pagan aquí”
Llámenme suspicaz si quieren… pero sospechoso me parece a mí que las únicas que no paguen sean las niñas bonitas. El pobre chico quería ligar y no sabía como apañárselas ya.
“Cu-cu, cantaba la rana”
Mira, una rana poliglota, se puede buscar pluriempleo como pajarito de un reloj de cuco.
“Cu-cu, paso un caballero. Cu-cu, con capa y sombrero”
De lo cual deducimos que la rana atrae a señores con esmoquin.
“Había una vez, un barquito chiquitito, había una vez, un barquito chiquitito, que no podía, que no podía, que no podía navegar”
¡Ya estamos con que no puede! ¡Será que no quiere! ¿Lo ha intentao al menos? Siempre puede llamar a la rana poliglota, y que lo lleve arrastrando.
“Un elefante, se balanceaba, en, la tela de una araña. Y como veía, que no se caía, fue a llamar a otro elefante. Dos elefantes, se balanceaban, en, la tela de una araña. Y como veían, que no se caían, fue a llamar a otro elefante”
Vale, suficiente.
“Siete elefantes, se balanceaban, en, la tela de una araña. Y como veían…”
¡Que ya!
“Doscientos cincuenta y siete mil trescientos ochenta y cuatro elefantes… ¡Dos millones de euros!”
Anda, no sabia que los niños de San Ildefonso habían hecho una versión de esta canción. (La lotería de navidad y los niños cansinos estos dan mucho que hablar, para otro monologo si eso)
Volvamos con los elefantes okupas. ¿De que estaba hecha esta telaraña para aguantar tantos elefantes? ¿De uranio enriquecido? ¿Es la que usa Spiderman para que no se le caiga la capucha al pasearse por ahí? ¿Y donde estaba la araña mientras? ¿Balanceándose en la trompa de alguno de los elefantes?
Además, hace poco, descubrí el verdadero final de esta canción, y es increíble. Presten atención.
“Diez elefantes, se balanceaban, en, la tela de una araña. Y como veían, que si se caían, no vino ningún elefante más. Se acabo”
¡Eh! ¿Cómo que “se acabo”? Joder, termina de contarme la historia por lo menos, dime cuantas grúas hicieron falta para levantar del suelo a los diez elefantes, que esto no se hace, dejas en vilo al espectador.
“Soy una taza, una tetera, una cuchara, un cucharón. Un plato hondo, hondo, hondo, un plato llano, llano, llano, un cuchillito, y el tenedor. Soy un salero, piribi piribi, azucarero piribi piribi, batidora, y una olla Express.”
Estupendo, te puedes vender en Ikea como set de cocina. El “Piribi” ese debe ser el timbre de la puerta, así que ya vienen a comprarte.
Y ya, para ir concluyendo, voy a dejarles una incógnita para la próxima vez que nos veamos, y que a mi me tiene en ascuas. ¿Alguien sabe que leches significaba…?
“Del pita pita del, yameri humbo”
¿Este que quería? ¿Comer pan de pita con Yameri y Humbo (que son unos colegas suyos)? Buenas noches!

No hay comentarios:

Publicar un comentario