25 mar 2010

Pa que leais un rato

Os dejo, en exclusiva, con el primer capitulo de un libro que empece a escribir hace puñao meses y que no segui por... por que no, basicamente. Igual un dia de estos lo retomo... de momento, conformaos con esto:
--
El Sr. Sloth observaba la ciudad desde lo alto de su rascacielos (conocido como la Central del Torneo)
-Ya ha pasado un año, caballeros... mi querido Caliz esta a punto de resurgir de nuevo... quien sabe a que joven podra ayudar esta vez...
Frank se acerco con sus silla de ruedas a la ventana para poder observar el barrio pobre de la ciudad.
-Pobres chicos... el destino les ha quitado todo lo que tenian... todos se merecen una vida mejor... y nosotros podemos darsela.
Tras dar un pequeño giro con la silla, el Sr. Sloth se dirigio hacia su despacho. Ya habia pasado un año: su querido Torneo podia volver a empezar. Ese momento en el que los que habian tenido poca suerte en la vida podian ir en busca del Caliz Dorado, un objeto magnifico que traia la fortuna a quien lo tocase. Todos los jovenes esperaban con ansia aquel momento, esa pequeña oportunidad de poder salir de la pobreza, de la marginalidad, del caos... y poder empezar una vida nueva de fortuna, de riqueza, de poder... Si, penso Sloth mientras se instalaba detras de su mesa, eso es lo que todos esperaban.
-Y eso es lo que les voy a dar...- susurro mientras encendia su ordenador. En unos minutos, tenia terminado el diseño de un pequeño cartel promocional.
"Ha llegado al fin el Torneo del Caliz Dorado
Tu oportunidad de poder vivir como un rey
Si quieres participar, dirijete al Gran Edificio antes del 3 de Marzo"
Sloth sonrio satisfecho y mando imprimir varias copias. Esperaba que su Torneo tuviese tanto exito como en ocasiones anteriores. Pero si habia algo que deseaba aun mas, era que no hubiesen tantos desastres como en ocasiones anteriores...
* * *

Red Eyes suspiro agobiado mientras caminaba por los angostos callejones. Odiaba aquel barrio. Odiaba aquella gente. Lo odiaba todo de ahi, en general. Habria dado cualquier cosa por largarse de alli si no fuese por que no tenia nada. Nada. Lo unico que le quedaba era una casa vieja que en cualquier momento se caeria y un par de colegas. Como vemos, Red no era lo que se dice un tipo precisamente optimista. Pero no tenia tiempo para ponerse a intentar ser optimista: se disponia a robar, y tenia que tener todos sus sentidos alerta para ello.
"Robar es como cuando un animal caza" habia dicho una vez a Black Skull, su mejor amigo desde hacia años, al poco de conocerse ambos; "hay que estar agazapado entre los matorrales, ojeando a la presa, relamiendote, esperando al momento oportuno para lanzarte sobre ella, alejarla del resto de su manada hasta estar en un lugar seguro, y ya puedes tirarte sobre ella, morderle la yugular, y disfrutar de la recompensa". Si, robar era igual que cazar. Solo que menos arriesgado... sobre todo para Red. Llevaba robando desde hacia muchisimos años. Esto para el era un juego de niños. Igual que un imponente leon que ha cazado a cientos de presas puede alcanzar a una gacela sin esfuerzo, Red podia obtener lo que se propusiese solo con observar un poco el ambiente y poner cara de niño que no ha roto un plato en su vida y que si lo ha roto le ha echado la culpa al vecino, o a un terremoto. Observar, actuar, huir, y vuelta a empezar. Esa era la rutinaria vida de Red. Desde que se habia quedado solo en aquella chabola, robar habia sido su metodo de supervivencia. Sin embargo, esa misma rutina era la que habia hecho que fuese conocido en todo el barrio. "Red Eyes", Ojos Rojos. Ese habia sido su mote desde que era pequeño. Una extraña infeccion ocular habia provocado que su iris en ambos ojos obtuviese una coloracion rojiza francamente malrollera. Debido a esta "peculiaridad" de sus ojos, Red se habia sentido siempre como un mono de circo: la gente iba a casa a observar los ojos del niño, y comentaban con su madre cosas como "suerte tienes de que no se haya quedado ciego". Ahora que habia crecido, en muchas ocasiones, Red pensaba que para lo que habia que ver en ese barrio, quizas hubiese sido mejor acabar ciego. Se habria estampado contra las paredes un sinfin de veces, pero no tendria que aguantar dia tras dia la misma historia. Sin embargo, esa rareza en sus ojos era la que le habia servido a Red para conocer a su mejor (y quizas unico) amigo: Brian, o como se hacia llamar, Black Skull. Calavera Negra. Un nombre poco alentador, pero intimidante, lo cual viene muy bien cuando estas metido en peleas cada dos por tres.
Black era un drogadicto descontrolado: el poco dinero que pasaba por sus manos acababa rapidamente en las de algun camello para que le suministrase su dosis diaria de droga. Sin embargo, el mundo de la droga es un mundo peligroso, lo cual provocaba que Black se metiese continuamente en lios y se llevase alguna que otra paliza de vez en cuando. Y fue justo despues de una de estas ultimas cuando Red lo encontro, postrado en un callejon, rodeado de jeringuillas rotas. Red habia sentido lastima por aquel chaval (algo raro en Red) y habia decidido ayudarle a salir de ese mundo. Durante varios años, Red y Black (cuyo nombre provenia de un tatuaje que llevaba en el hombro, con una inmensa calavera negra) actuaron juntos, cometiendo pequeños hurtos que revendian por dinero para metadona. Poco a poco, Black consiguio salir de las drogas con ayuda de Red, tras lo cual se hicieron colegas inseparables. Sin embargo, Black estaba en una posicion aun mas desfavorecida que Red: su padre, un alcoholico sin remedio, no es que demostrase mucho cariño por su hijo, y a veces le obligaba a robar alcohol para el. Muchas veces, Red (huerfano de madre y con padre en modo "fue a buscar tabaco y se perdio por el camino") habia pensado en alguna manera de poder ayudar a Black, y nunca habia encontrado esa manera. Pero ahora, sin darse cuenta, la manera estaba justo delante de el.
Colgado en una pared del establecimiento que Red ojeaba, habia un cartel promocional del Torneo.
-Una oportunidad de vivir como reyes...- Red sonrio- creo que este reino va a tener dos personas que lo gobiernen...
* * *

¿Sabeis esos dias en los que nada mas levantarte, tienes el presentimiento de que ese dia va a ir muy mal? Pues Black Skull llevaba levantandose con ese presentimiento dia tras dia durante 18 años. Sobre todo por que durante gran parte de esos 18 años, lo primero que habia visto al despertarte esa a su padre gritandole por volver drogado a casa, o bien, su padre borracho deambulando por los pasillos sin rumbo fijo. No es una imagen precisamente acogedora para cuando te acabas de levantar. Menos aun cuando sabes que ese que te esta gritando esta peor que tu.
Y ese dia no iba a ser distinto a los demas: ya desde primera hora de la mañana, los gritos reinaban en el piso centrico que Black compartia con su padre. ¿El motivo de la bronca? Quien sabe. Estos dos no necesitaban un motivo para ponerse a discutir, cualquier cosa era buena con tal de estar discutiendo un rato. Pura rutina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario