8 mar 2010

Historia con la informatica o como mis ordenadores no sobreviven.


Permitanme que me ponga nostálgico un rato. Pillemos la maquina del tiempo de Doraemon y regresemos al pasado. A 1995 para ser exactos. ¿Que era? ¿Primavera, invierno, verano tal vez? Ni idea, mi memoria no da pa tanto, pero la cuestión es que fue por aquel entonces cuando me senté por primera vez delante de un ordenador. En concreto, delante de un 386 con MS-DOS y Windows 3.1. Para que se hagan una idea, era clavadito a este:

Por aquella fecha aun no disponía de Internet pero me entretenía sobremanera trasteando, haciendo dibujitos chorras en Paintbrush. Mas o menos lo mismo que hago actualmente en clase, solo que por aquel entonces no necesitaba disimular.
Tristemente, un día, dos o tres años después, al 386 le peto la patata. ¿Saben cuando ponen en la tele un canal sin sintonizar, y esta el ruido nieve? Pues el monitor del 386 se quedo igual , solo que cuando movías el cable, pasaba de nieve a rayajos. Todo esto acompañado de un bufido horrible que actualmente juraría que salia del speaker pero que por aquel entonces me daba miedito y todo.
*Yaru se echa un trago de una copa que acaba de aparecer delante suya*
Ah... no hay nada como un Martini para recordar viejos tiempos...
-Es Fanta de naranja, señor.
Calla, que estoy hablando yo. Después del 386, llego un ordenador un poco mas moderno, no mucho, con Windows 95 incorporado. En realidad pertenecía a mi hermana, que por aquellos tiempos vivía aquí todavía, pero lo usaba yo mas que ella. Y ahí fue cuando empece a descubrir Internet. Internet muy lenta, apenas usable, y ni siquiera usaba el Google si no un buscador que llevaba integrado el navegador que usábamos, pero fui dando mis primeros pasitos por la red de redes. También fue ahí donde empece a vermelas con los primeros virus... que no fueron los últimos, desgraciadamente.
Pasaron varios años, y en el... 2001, creo recordar, llego a casa otro ordenador. El summum de la tecnología de aquel entonces: Windows XP, pantalla plana, puertos USB, grabadora de DVD, webcam, escaner, impresora... el mismo día que llego el nuevo, murió el viejo. Intento arrancar, hizo “Pi pi pi piiiiii pi pi pi piiiiiiii”... y mientras buscaba el baño murió Por aquel entonces pensaba, y sigo pensándolo, que tenia celos del nuevo.
El nuevo ordenador duro la friolera de ocho años. Durante esos ocho años, hice de todo: navegue por Internet, programe, me descargue mas programas de los que un disco duro puede soportar, aprendí a crear mis primeros juegos, me uní a mi primer foro e hice mis primeros amigos online. Ah, y en sus últimos meses de vida, descargue un video cargado de virus que inutilizo totalmente la carpeta “Mis Documentos” durante tres semanas, tuve varios problemas con el historial, instale un salva pantallas algo escachuflado que resulto ser imborrable y que encima chupaba mas recursos del sistema que un hijo gorrón, y, un día, cuando tenia el Administrador del sistemas abierto, la luz se fue. La mitad de los que lean esto sabrán que esto es mortal de necesidad para el ordenador, y los que no, pues ya lo saben.
Mi informático (saludo, Manolo, que se que lee este blog de vez en cuando) intento arreglarlo, pero la placa base peto del todo, la tarjeta gráfica se suicido... así que lo dimos por perdido.
Llegaron dos ordenadores mas. Este, con el que estoy escribiendo ahora, y el portátil, con el que mi madre esta aprovechando toda la potencia de sus procesadores y su Windows Vista Ultimate para jugar al solitario. Y los dos petaron. Y los arreglemos. Y el portátil volvió a petar. Y el informático me nombro hijo adoptivo por que le estaba pagando la universidad a sus hijos gracias a mi. Y actualmente, pues todo va relativamente bien... relativamente.
Y esta es mi ¿bonita? Historia con la informática. Hala, a freír Pikachus.

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