15 mar 2010

Monólogo: Vida informatica

Buenas noches. Cuando he llegado, venia con la intención de hablar del tiempo… pero se me ha roto el despertador. He pensado también en hablar sobre lo perezosa que es la juventud de hoy en día… pero me he quedao durmiendo. Y luego ya directamente he preferido no pensar y escribir lo primero que se me pasase por la cabeza. Así que voy a hablar de la rutinaria vida de un informático.
Todo empieza, como ya es habitual en tu vida, levantándote por la mañana. Miras tu móvil, convenientemente silenciado para que te deje dormir, y lees “87 llamadas perdidas y cuatro amenazas de muerte”. Mira que bien, solo cuatro, se van civilizando.
Vas ojeando la lista de llamadas buscando a algún cliente que conozcas y que sepas que paga bien, y te preparas para salir. Te arreglas, coges tu maletín (que en realidad solo lleva recortes de periódicos viejos y un muñeco vudu de Clippo, el clip del Word) y partes a la aventura. Te subes en el informovil (que es como el Batmovil de Batman pero con pegatinas de ordenadores por todos laos y una figurita de San Atascao, patrón de los bloqueos informáticos, en el salpicadero) y pillas carretera hacia casa del cliente, que sufre. Cada cliente sufre por algo distinto, aunque sea por joder un rato al informático, y este en concreto sufre por que no le furula el ordenador. Que original. Te sientas frente a la maquina, y le das al botón, tras lo cual te giras hacia el cliente.
-Pues tenía usted razón: no va.
Tras este elaborado diagnostico, por si acaso, le das al botón un par de veces más, y vuelves a mirarlo.
-Efectivamente, no va.
El hombre, que no se fía, se te acerca
-A ver, déjeme a mí… -le da al botón- pues no, no va. Antes iba, ahora no va, y como ahora no va y antes iba, yo he ido a llamarle usted para que usted venga y haga que vaya igual que iba.
Así pues, toca comenzar la reparación. Primero, antes de nada, rezas a todos los santitos informáticos: San Atascao, patrón de los bloqueos, San ControlAltSuprimir, santo y mártir, y San Rese-T, patrón de los reinicios. Abres la torre, y eso pega un chispazo que por poco te quedas frito. Sacas del maletín una libretita y apuntas “Acordarme de desenchufar el ordenador primero antes de abrirlo.”
Desenchufas el ordenador de la corriente, y comienzas a explorar la torre por dentro, y eso te recuerda a un documental de la 2 que viste el otro día de la selva africana. Ahí dentro hay de todo: telarañas, musgo, bichos que tocaron lo que no debían, un pantano, y jurarías haber visto a Indiana Jones intentando no ser aplastado por una bola de pelusas.
-Oiga, su ordenador parece el Mato Grosso… o me da una aspiradora, o le prendemos fuego directamente… aunque creo que nos denunciarían por quemar una reserva protegida.
Así pues, el cliente desenfunda la aspiradora y te la tiende. Tú la agarras, apuntas a la selva amazónica que hay dentro del ordenador, saludas a un pitufo que has visto debajo de una seta, le das el botón…
¡FUUUUM!
Y la aspiradora se pone en modo soplar y libera una nube de porquerías varias que inunda la torre, la mesa, e inunda tus bolsillos. El cliente, intentando ver algo entre la nube de polvo que acaba de salir de la aspiradora, grita
-¡Que es el otro botón!
-¡No joda!
Pones la aspiradora en “Modo Kirby” y empiezas a absorber toda la mierda interna del ordenador. Y lo curioso es que te lo pasas bien y todo, acabas limpiándole la casa al cliente. Yo una vez estuve entretenido bastante tiempo limpiando… hasta le aspire las cenizas que había en una urna que tenia encima de la mesa. Todavía no se por que se enfado tanto, solo recuerdo que me persiguió con un bate mientras gritaba cosas como “Mujer”, “Incinerada” y “Me cago en tu madre”.
Volvamos al tema. Después de limpiar internamente el ordenador, te das cuenta de que ahí falla algo. No estas seguro, pero tienes así la ligera impresión de que ahí antes habían cables. Miras el tubo de la aspiradora, y ves un cable yéndose pa dentro en plan spaghetti.
-Jodienda la hemos…
Con rapidez, y antes de que el cliente se de cuenta, te bajas a la tienda de chuches…
-¡Rápido, déme spaghettis de estos de gominola!
Vuelves pa arriba, y haces un bonito empalme con las chuches. Toca cerrar el ordenador y comprobar si funciona. Cierras, enchufas a la corriente, le das al botón…
No se si vosotros, querido publico, habéis ido alguna vez a las fallas de Valencia. Pues ya no hace falta, por que en cuanto le haces click al botón, eso dice “Hasta aquí hemos llegao” y se convierte en una hoguera con lector de CD. ¿Y que haces en esos casos? Pedir ayuda. Agarras el teclado, empiezas a aporrear el F1… ¡y no pasa nada! ¿Pero no se suponía que ese era el botón de ayuda?
Como ves que la cosa empieza a ponerse fea, decides pirarte de ahí. Y ya estas prácticamente en la puerta, cuando notas como olor a plástico quemado. Te giras, y lo ves. Tu pobre maletín, que en tantas y tantas reparaciones te ha acompañado, esta siendo devorado por las llamas. Y, con lágrimas en los ojos, has de dejarlo ahí y huir antes de que todo se convierta en fuego.
Huyes de la casa en tu Informovil mientras en tu mente suena el “This is the end”… y tomas una decisión drástica. ¿Dejar la informática? No: Cobrar por adelantado. ¡Buenas noches!

No hay comentarios:

Publicar un comentario