20 jul 2010

Guía del turista fantástico III

Como sobrevivir a una novela de fantasía.

Hoy: Cementerio.

Muchas novelas de fantasia y de terror tienen escenas en cementerios, lugares tétricos ya de por si y silenciosos, excepto cuando una horda completa de zombies te intenta sorber hasta el último de tus sesos. En algunos casos se quedarían con hambre. Hay reglas muy básicas para que no te pillen en un cementerio y no termines tus días allí.
Regla número 1: No entres.
Me da igual que llegues tarde a casa y que el camino más corto sea atravesando el cementerio, que hayas hecho una apuesta con un tipo al que apenas conoces o que te quieras hacer el macho ibérico por la tía que te gusta. Yo a estas tres cosas solo les veo un nombre: Suicidio. Los cementerios no son lugares agradables y en escenarios fantásticos aún menos, allí te puedes encontrar con toda la flora y fauna de la literatura fantástica. De zombies a fantasmas, vampiros, algún que otro troll, hombres lobo, banshees, nigromantes, gnomos, borrachos, Carmen de Mairena… Si bien lo más inteligente es no acercarse mucho, a veces la testosterona actúa por ti en el caso de los hombres. En el caso de las mujeres no se que nos impulsa a entrar en cementerios en plena noche. Bueno, en el caso de algunas seguramente las novelas de Crepúsculo, pero trato de dejar ese tema aparcado tanto como puedo. Mi mente no esta capacitada para aguantar vampiros pixelados.
Regla número 2: Corre
Vale, has pasado olímpicamente de mi y has entrado. Un diez por tus instintos suicidas tan desarrollados, tu y Kurt Cobain os habriais llevado bien. Bien, has entrado en el sitio y oyes ruidos, voces, aullidos cosas que te llaman, algo te agarra la pierna. No te vuelvas, simplemente corre. No vayas a investigar. Me da igual que la tumba de esa cripta se haya abierto sola y…
Oh genial. ¿Te has metido en la cripta, verdad? Y nada más entrar las antorchas a ambos lados de la pared dejan iluminada una escalera que va hacía abajo. Oyes una voz que pide auxilio y como eres un santurrón tienes que ir. Lo más sensato sería llamar a la policia o al exorcista, pero eres un santurrón valiente y puedes lidiar con esas situaciones. Bajas, cuando llegas abajo ves que no hay nadie, solamente un par de tumbas. Oyes la puerta de la cripta cerrarse detrás de ti y las antorchas se apagan, dejándote sumido en la oscuridad. Felicidades, oficialmente eres un cadáver.

Pero dejemos al listo de turno de la cripta y pasemos a todos aquellos que han tenido el sentido común de seguir adelante. Vas mirando las lápidas y lees nombres. Oh, sorpresa, ¡hay una lápida con tu nombre! Como no hay nadie más que se llame como tu en todo el mundo debe de ser que es tu propia tumba. Seguro que tu amigo te esta gastando una broma, claro, la típica broma en la que encargas una lápida de casi 500 euros a la funeraria solo para asustarte. ¿Qué clase de amigos tienes?
En fin. El caso es que te acercas a ver la fecha, porque la fecha la tapa un poco de musgo. Siempre pasa eso. La fecha de nacimiento es la tuya, aquí ya te acojonas de lo lindo. Destapas lentamente la fecha de la muerte. Es la de ese día. Felicidades, señor cadáver. En vez de mirar las fechas deberías de haber estado atento al asesino en serie que se te acercaba por detrás. Más suerte la próxima vez.

Digamos que pasas de largo, el asesino se frustra y termina en la cripta porque es idiota perdido y tu continuas con tu camino. Hay una tumba dónde la tierra se empieza a mover. Lo que recomiendo en esos casos es que esperes, quizás es alguien a quien han intentado enterrar vivo. Lo único es que esperes lejos. Si la mano que sale es de un color no humano o le faltan cachitos de piel… ¡CORRE, JODER!
Bien, vas corriendo y te encuentras la balla cerrada, el vigilante del cementerio es un cabrón y te cagas en toda su família, pero eso lo puedes hacer más tarde. Ahora lo que tienes que hacer es saltar la balla. No tienes que esperar a que te alcancen, no tienes que volver sobre tus pasos. Sáltala, no suelen ser tan altas y los pinchos de arriba se pueden esquivas con facilidad normalmente. Total, si resbalas el resultado será el mismo que el que suceda si te quedas allí y yo tendré que saludar al tercer cadáver.

Como habreis notado, el cementerio tiene un alto índice de mortaldad. Y es que es difícil sobrevivir allí dentro si no conoces bien el territorio. Por eso lo más sensato es usar la Regla Número 1.

Pensad que el pequeño Timmy hubiese agradecido haber leído este artículo. Él no lo leyó y bajo por la cripta. Pensad en el pequeño Timmy, sed sensatos.

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